ReflexionesQué escribir cuando no se sabe qué escribir

Qué escribir cuando no se sabe qué escribir

La inspiración es el motor que todo escritor necesita como aliado para salir airoso a la hora de enfrentarse a una hoja en blanco. Decía John Muir que “el poder de la imaginación nos hace infinitos”, pero ¿qué ocurre si la imaginación falla? ¿Qué pasa cuando esa inspiración no llega? ¿Qué se escribe cuando no se tiene nada de lo que escribir?

Muchos escritores coincidirán conmigo cuando digo eso de que la inspiración te tiene que pillar trabajando. En muchas ocasiones, no nos sentamos frente al ordenador a teclear porque pensamos que no tenemos nada de lo que escribir, pero hacer ese ejercicio de escribir es precisamente lo que nos va a salvar de una larga temporada de falta de inspiración. Aunque, en ocasiones, es necesario no forzar la máquina. Sé de lo que hablo.

La necesidad de parar

Después de publicar ‘La memoria del silencio’ estuve sumido en un largo período de falta de escritura. Quizás, en mi caso, coincidieron muchos factores: final de curso y la necesidad de descanso (físico y mental), meses calurosos de verano (no ayudan nada a la hora de sentirse activo), búsqueda de una idea original (cuánto nos machacamos a veces por este motivo…). Todo esto acompañado de cierta frustración por pensar que “ahora que tengo tiempo de escribir, no lo estoy haciendo”. Quizás, como he mencionado, mi cabeza necesitaba descansar un tiempo. Y eso no es malo.

Durante ese tiempo no escribí nada e hice un gran esfuerzo por no frustrarme y por valorar esos meses de descanso. No es justo sentirse culpable por no estar escribiendo. No es agradable pensar que eres un fraude como escritor por esa falta de constancia, por no dar lo que los lectores están demandando. Pronto comprendí que no debía castigarme y que necesitaba tiempo. El que fuera necesario. Lo hice por mí y también por mis lectores. Abracé esa idea y quedé en paz conmigo mismo.

Una nueva novela

Después de Navidad, hice un ejercicio de sentarme a escribir. Sin presión. Ya tenía algunas ideas en la cabeza y una nueva novela iniciada hacía un tiempo atrás (y que dejé colgada al sexto capítulo). Al principio, no hacía más que releer lo que ya tenía escrito o escribir media página (o una, a lo sumo). Lo importante fue que el ‘modo escritor’ despertó del necesario letargo al que se había sumido, se puso en marcha y, en cuestión de días, la nueva novela comenzó a tomar forma.

Y sí, meses después, ya está terminada. Ahora necesita reposar un tiempo (tanto la novela como su autor). Espero poder acompañaros muy pronto en vuestros ratos de lectura y que disfrutéis del resultado de ese parón. Me aventuraría a decir que es una novela que, quizás, muchos estáis esperando. Esto es una pista, pero, por ahora, no puedo desvelar nada más. Hasta pronto.

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